PLATÓN
TEORÍA DEL
CONOCIMIENTO
1.El Mundo de
los objetos sensibles: tiene lugar a través de la experiencia sensible.
Hay dos maneras de relacionarnos (y por tanto
obtener un conocimiento) con los objetos sensibles: bien relacionándonos a
través de nuestras pasiones y prejuicios o bien sin ellas.
a. Imaginación (eikasia): es ese estado o forma de conocimiento, que tiene como
resultado el conocimiento de una imagen
acerca de un objeto sensible. Esta imagen es el resultado de una experiencia
sensible en la que están presentes las pasiones
y los prejuicios. El objeto sensible se nos escapa, no lo conocemos. Sólo
tenemos una imagen de él, es decir, la impresión subjetiva del objeto.
b. Creencia (Pistis): es el estado o forma de conocimiento en le que nuestra
relación con los objetos de la sensibilidad es directo, esto es, se dejan al
margen las pasiones y los prejuicios, de manera que estas no empañen el
conocimiento de las cosas. En este
tipo o nivel de conocimiento creemos
conocer qué son las cosas por la experiencia sensible que hemos tenido. A pesar
de haber tenido experiencia con varios objetos de una misma clase, sea por
ejemplo muchos tipos de mesas, creemos saber lo que es una mesa, pero no
sabemos verdaderamente lo que es una mesa. Esta creencia está vinculada
exclusivamente a las experiencias sensibles que hemos tenido, no es fruto de un
ejercicio racional o abstracto que nos
permita acceder al concepto de esas cosas (las mesas).
Se dice que tanto las creencias como las imágenes
son opiniones (doxa). Así, al mundo
de los objetos sensibles, el ámbito de la experiencia sensible, del movimiento,
se dirá que es también el ámbito de la
Opinión.
2. El Mundo
de los objetos inteligibles: experiencia intelectual. Es el ámbito de
aquellas realidades inmóviles, las ideas, y por tanto a juicio de Platón
el único ámbito donde es posible que se dé un verdadero conocimiento, o lo que
es igual, la ciencia. En este ámbito según el modo de conocer las ideas
alcanzaremos un estado u otro de conocimiento:
c. Pensamiento: es el estado o forma de
conocimiento en le que ya se da un saber (y no una creencia) acerca de los
objetos inteligibles o ideas. Es ese estado en el que las ideas son conocidas
sistemáticamente, es decir, no la idea en tanto que realidad aislada, pura,
sino vinculada a otras realidades inteligibles. En este sentido se dirá que las
ideas son matemáticas, es decir, sistemáticas. La manera de valorarlas y
conocerlas estará condicionada por nuestra manera ordenada de entenderlas.
d. Dialéctica. Es el grado sumo de
conocimiento, ése en el cual se obtiene un saber definitivo acerca de las ideas
o formas inteligibles, sin valorarlas por la sistematicidad ni el orden en el
que están inmersas, sino en su calidad de realidades aisladas e inmóviles.
Dualismo
Ontológico (metafísico). Teoría de las Ideas:
Según esta teoría platónica, se puede afirmar la
existencia de dos mundos o realidades: aquella donde se da el movimiento y el
cambio, donde las cosas se generan y también se destruyen, y aquella otra
compuesta por seres que no se corrompen y que no cambia,; seres eternos,
aislados, que guardan un orden preciso e invariable. Uno es el ámbito de las
cosas, es decir, los objetos sensibles, el otro es el ámbito de las ideas.
Las ideas son entidades inmateriales, abstractas y eternas. Son el molde de las cosas
sensible, y por ello son el objeto de conocimiento. El mundo en general es ordenado, lo que quiere decir que
existe una vinculación ordenada, buena, bella, de las ideas respecto de las
cosas, es decir, del mundo de lo sensible respecto de lo inteligible.
Igualmente existe un orden en
el mundo de las ideas. Estas están distribuidas en función de su excelencia,
configurando una estructura piramidal. Las ideas guardan relaciones
entre sí, de manera tal que por ejemplo la idea de esfericidad será más excelsa
que la idea de manzana, que la idea de naranja o que la idea de pomelo.
En la cúspide de la pirámide
encontraremos la idea mas excelsa: la
idea de Bien = Belleza = Amor. Es la idea primera, porque en virtud de ella
es posible el orden de todo el mundo ideal y de su vinculación con el mundo
sensible. Es a la idea de Bien, gracias a la cual desde nuestro estado de
ignorancia inicial somos capaces de ir remontando/ascendiendo en la
línea de conocimiento hasta alcanzar la ciencia de las ideas. La idea de Bien
se intuye en el mundo porque desciende sobre él, y esta percepción
sumada al hecho de que es gracias a ella por lo que hay un orden, es gracias a
lo que podemos llegar a conocer.
ANTROPOLOGÍA PLATÓNICA
Platón concibe al hombre como
el resultado de la unión accidental
entre dos sustancias: el cuerpo y el alma. Esta relación no es de tipo
esencial. Esto quiere decir que la esencia del hombre no consiste en la unión
entre el alma y el cuerpo, por lo que de tener que responder a la pregunta
¿cuál es el principio individuación del hombre?, diríamos que es solamente el
alma. Ahora bien el individuo particular-concreto, con nombre propio, aquel que
se desenvuelve en el mundo- es ya la unión del alma con el cuerpo. Nótese esta
diferencia entre lo que se entiende por “el hombre” y lo que entendemos por “un
hombre”. No obstante es en el alma donde reside toda realidad sobre el hombre y
también sobre el individuo. El alma es la esencia tanto de uno como de otro,
determinando al hombre no solo en tanto que ser humano, sino también en tanto
que individuo particular. Se verá además que en función del alma cada individuo
ocupará un lugar dentro de la sociedad. (Para Aristóteles la esencia será el
alma, pero respecto del individuo no será más que su esencia genérica)
A esta doctrina se la conoce
como el Dualismo psicológico. Está
directamente relacionado con el dualismo metafísico (existen dos realidades: la
de los objetos sensibles y la de los objetos inteligibles, formas o ideas).
Platón
sigue de esta manera desmarcándose de la corriente materialista (los
presocráticos). Su postura es de tipo espiritual: de igual manera que
afirmaba que las ideas era la realidad fundamental y que el mundo material de
los objetos sensibles depende o participa de ellas, es decir, que las ideas o
formas son los primeros principios, ahora dará la máxima importancia al alma
frente al cuerpo. Es el alma la que gobierna, la que tiene poder sobre el
cuerpo. El alma es el principio vital, y es la responsable de acceder a la
Verdad de las cosas a su conocimiento y por tanto la responsable de hacer
posible toda acción virtuosa, es decir, toda acción que este ordenada por el
conocimiento de las ideas o formas.
Si bien en vida el alma no
puede romper su unión con el cuerpo si posee la facultad o capacidad (capacidad
racional) para hacerse cargo de todo aquello que tenga lugar por medio de la
corporalidad. Ha de dominar racionalmente todo aquello que tiene su origen en
lo corporal y que le está afectando. El alma no está aislada de las pasiones
corporales, se ve afectada por éstas, sin embargo puede dominarlas. La Razón
tiene el dominio y la responsabilidad moral de lo que suceda. Esto será una exigencia
moral: conocer las ideas/la verdad, tomar conciencia de las
pasiones que nos afectan (no dejarse llevar por ellas, por lo irracional),
dominarlas, y actuar conforme a la razón.
Partes o
naturalezas del alma: (atención al Mito del Carro Alado)
Parte Racional (auriga): es la facultad de conocer las realidades
inteligibles. Contempla a la vez que gobierna según lo contemplado. Es
la parte del alma responsable del conocimiento de las formas. Suya es la
responsabilidad del buen gobierno del resto de las facultades del
hombre. Cuenta a su favor con la fortaleza de la parte irascible y sin embargo
en su contra tiene todo lo relativo a la parte concupiscible. Platón la suele
identificar con la cabeza o razón. En ella se da un tipo de deseos de corte intelectual,
o lo que es igual, un apetito intelectual, un querer, un Eros, de determinadas realidades inteligibles. Este deseo es un
deseo totalmente diferente de los deseos originados a través del cuerpo y que
tienen lugar en la parte concupiscible del alma. Aquello que sucede en esta
naturaleza o parte racional del alma es imperecedero.
Parte Irascible(caballo dócil): es la parte del alma en la cual se localiza la
templanza, la valentía, el coraje, … Por lo general está al servicio del
buen gobierno de la razón. Por decirlo de otra manera, es ella la
responsable de la buena disposición para llevar acabo aquello dictado
por la parte racional (como resultado del conocimiento que la razón es capaz de
las realidades inteligibles, ideas o formas). Se suele identificar con el
corazón.
Parte Concupiscible (caballo no dócil): es aquella facultad del
hombre en la que se dan aquellos deseos que tienen su origen a través de las
facultades corporales, las pasiones (justo lo opuesto al Eros). Son
precisamente estos deseos los que dificultarán la tarea del buen gobierno de la
razón. Platón la identifica con el estómago/las tripas (es una cuestión
“visceral”). Los deseos concupiscibles y todo lo relativo a ellos, tienen el
carácter de ser algo perecedero.
Características generales:
El alma es eterna: preexiste a la unión con el
cuerpo: La reminiscencia del alma.
El alma es el punto de conexión con lo inteligible.
En el estado de preexistencia el alma ya ha conocido el mundo inteligible de
las ideas. En ella se encuentra un conocimiento anterior de aquello que
sentimos que hemos de conocer. Las ideas habitan en nosotros y por eso a través
del uso de la razón podremos llegar a conocerlas de nuevo en ese estado actual
de existencia en el que el alma se encuentra ligada al cuerpo.
Conocer por tanto es
metempsicosis, o recuerdo.
TEORÍA MORAL Y
POLÍTICA:
Todo
el programa platónico se orienta en la búsqueda de una acción moral virtuosa.
El conocimiento para Platón consiste en un saber encaminado a la acción, es
decir, conocer para desarrollar la acción adecuada, virtuosa, aquella a través
de la cual el hombre logre alcanzar un estado de felicidad.
Condiciones
para la Acción virtuosa. Las Virtudes del Alma.
El alma ha de ser de una
determinada manera, esto es un alma virtuosa será capaz de comportarse, de
actuar con virtud. ¿Cómo es el alma Virtuosa?
La parte Racional ha de ser prudente: tanto en al conocer las ideas como en el gobierno de la acción, esto
es en el ordenamiento de la acción en virtud del conocimiento de las ideas.
La parte Irascible ha de poseer la fortaleza: la nobleza, el valor y la
voluntad del alma, han de darse con rigor y con fuerza. Ninguna acción llega a
ser realmente buena si se carece de la fuerza necesaria para materializar la
acción que se piensa. Independientemente de que el alma, en su función
racional, sea capaz de conocer a través de las ideas cómo debe ser nuestra
acción, si no tenemos fortaleza en nuestra voluntad, la acción no llegará a
tener lugar.
La parte Concupiscible ha de ser templada: el temple o control,
dominio o equilibrio de nuestras pasiones. No podemos desprendernos de los
deseos sensibles; es algo natural y propio de nuestra condición (alma+ cuerpo),
sin embargo hemos de someterlos a control y hacer uso de su potencia y fuerza
para ponerlos al servicio de la razón.
Todos los individuos son diferentes, son el resultado de la unión de un
alma/inteligencia con un cuerpo/materia. Recordemos que según Platón este alma,
en su estadio previo a materializarse, a unirse con un cuerpo, por su naturaleza
espiritual/pura, ha compartido y ha convivido con las ideas en el mundo
inteligible. Allí ya ha tenido un conocimiento previo de las ideas. A la vista
de esto se decía que conocer, esto es, aquel proceso que Platón describía en la
Analogía de la línea, es en verdad un recordar, o lo que es igual, la
reminiscencia del alma. La diferencia entre los individuos, al margen de su
constitución material, es sobre todo por lo que respecta a sus almas. De manera
que el alma de unos es diferente al alma de otros en virtud de aquello que en
el estado de preexistencia han sido capaces de conocer, es decir, en virtud de
las relaciones que han tenido entre sí, el alma y las ideas.
La Polis.
El hombre requiere de la ciudad para poder
satisfacer las necesidades que le son naturales. Por un lado, tanto las
necesidades naturales de tipo material (comida, abrigo, …) como las necesidades
intelectuales. El hombre es un ser
político por naturaleza, ha de vivir en sociedad, en comunidad. Sólo en el
ámbito de la polis logrará alcanzar la felicidad, que es igual que decir, que
sólo en la polis logrará el individuo desarrollarse plenamente como persona.
Sólo en la polis el hombre podrá ser virtuoso.
Ahora bien, ¿cómo ha de ser aquella polis dónde el hombre es virtuoso?
Platón inicia así, a modo de investigación
científica (política) la búsqueda de una ciudad, cuya ordenación sea
perfecta. Está suponiendo la existencia de una ciudad ideal, objeto de la razón y de nuestro conocimiento. Una
ciudad perfecta, en la que tengan lugar unas
leyes/un derecho universal (una ley moral común), para todos y
perfecto, donde todos y cada uno de los hombres puedan desarrollarse con
plenitud, alcanzando así la felicidad (fundamentada en el orden de las ideas).
Un lugar donde todos los conflicto y todos los acontecimientos se resuelvan con
Justicia. El conocimiento de esta ciudad es un conocimiento racional, y
que tiene lugar en el ámbito de las ideas.
Estructura de la ciudad: La
República: Aristocracia.
Trabajadores: Artesanos, productores,
artistas. Han de ser aquellos conocedores a través de las ideas de los
elementos y los procesos productivos.
Guardianes: Son aquellos que poseen la
fuerza para defender la ciudad y además la sabiduría para descubrir a los
enemigos de la razón
Gobernantes: Son aquellos con mayor
sabiduría; los que poseen un conocimiento más perfecto y amplio del mundo
inteligible. Son aquellos que conocen las ideas más perfectas, y precisamente
por eso, aquellos que poseerán un conocimiento acerca del orden virtuoso de la
ciudad.
Por
encima de todos ellos estaría el Gobernante
(“rey-filósofo”). Este sería
Uno, y debería ser el más sabio de entre todos los ciudadanos. En él recaería
la responsabilidad última del buen gobierno, el gobierno virtuoso, aquel desde
donde proyectar el estado perfecto de Justicia y Bien.
Educación
de la Ciudadanía:
Es necesario para constituir una ciudad de este tipo
desempeñar un proceso educativo de la ciudadanía, para hacerlos buenos
ciudadanos y garantizar así su felicidad. Platón apuesta por un programa que
tome a los jóvenes y los eduque en el saber. Se trata de lograr mediante una
educación ordenada que los individuos vayan recordando aquello que saben, es
decir, que su alma, aquella que ya había estado en contacto con las ideas,
vuelva a ellas pero ahora desde su unión con el cuerpo a través del uso
racional. Se trata de que el alma de cada uno se reconcilie con lo que fue
capaz de contemplar y satisfaga ese anhelo de saber que tiene lugar en cada
alma, y que puede llegar a quedar ahogado por las pasiones y los deseos.
Cada
individuo recordará y se desarrollará de acuerdo a sus capacidades innatas.
Y en función de ello ocupará el lugar que le corresponde en la sociedad, aquel
lugar para el que nació, en el que se sentirá feliz y en el que podrá desarrollarse,
independientemente de la situación económica y social en la que nazca y de su
sexo, es decir, ya sea hombre o mujer.
Platón rechaza la Democracia y defiende un sistema aristocrático. Una aristocracia
que ha de entenderse como el gobierno de los mejores, es decir, aquellos que
son sabios, que llegan a conocer las ideas más excelsas y que por ello conocen
el bien y desempeñan acciones con justicia.
Comentarios
Publicar un comentario