Biografía: Nace en Edimburgoen 1711, en el seno de
una familia noble. Estudia matemáticas y física sin embargo encamina su vida
hacia la vida jurídica. Después de vivir unos años en Francia regresa al Reino
Unido. Se establece en Londres donde comienza a publicar sus primeras obras. En
1752 entra a trabajar como bibliotecario en la Facultad de Derecho de
Edimburgo. Regeresa a París. Años más tarde desempeña diversos cargos políticos
de poca importancia . Finalmente regresa a su ciudad natal donde fallece en el
año 1776.
Obras
fundamentales: Tratado sobre la naturaleza humana; Investigaciones sobre el
entendimiento humano; Investigaciones sobre los principios de la moral.
Marco Histórico:
1661-1715: Absolutismo de Luis XIV en
Francia ; 1702 Guerra de sucesión a la Corona Española.; 1714 Fundación de la
Real Academia Española. 1724 Nace Kant. 1751-1766 Enciclopedia Formación del pensamiento ilustrado y
primeras críticas al sistema monárquico: Voltaire, Diderot, D`Alambert,
Rousseau, Montesquieu. 1769 Nacimiento de Napoleón Bonaparte.; 1770 Nace Hegel.
1. El Empirismo: sistema
opuesto al racionalismo.
La afirmación fundamental del empirismo
consiste en que el conocimiento humano debe restringirse dentro de los límites
de la experiencia. Más allá de estos límites no hay más que intentos imposibles
y quiméricos. El empirismo niega las ideas innatas. Sólo de la
experiencia puede surgir conocimiento y todo
conocimiento surge de la experiencia.
Razón, precedentes y consecuencias de esta afirmación:
El pensamiento científico necesitaba, ya desde los griegos, dos requisitos
imprescindibles para su fundamentación: Universalidad y Objetividad. La
escolástica tomista había creido en el s.XIII solucionarlo con la teoría de la
abstracción, según la cual a través de los datos sensibles, el entendimiento
era capaz de captar las esencias, es decir, los universales. Por otra parte el
Nominalismo del s.XIV con G. Ockham a la cabeza, establece la intuición como
único medio natural de conocimiento.
Quedaban dos alternativas. Una fue aquella que dio
lugar al racionalismo y la otra al empirismo.
1.
Racionalismo:
Se afirma que la intuición racional es la única fuente válida de conocimiento
verdadero (p.e. El pienso luego existo cartesiano). El problema de esta postura
resultó ser que el valor real o existencial de dicho juicio quedaba en suspenso
y sólo se podía afirmar en el orden del pensamiento (Por eso Descartes debía
acudir a Dios para acabar por justificar en el orden de la existencia al Yo).
2.
Empirismo:
afirman la experiencia sensible. Sólo son por tanto cognoscibles los objetos
singulares. Salvaron al menos como pretensión la objetividad de los
conocimientos como propios del sujeto singular pero no como propios al género
humano, luego negaban la universalidad del conocimiento pero no su objetividad.
Según este modo de pensar, las Ciencias resultaran imposibles y y como hasta
entonces habian sido pensadas, es decir, a la manera tradicional aristotélica.
El proceso constitutivo del conocimiento científico
para el empirismo viene a ser el siguiente: Percepción sensible ► Operaciones de la inteligencia sobre lo
percibido ►
Constitución de signos que sirvan de base para el lenguaje, el pensamiento.
2.Teoría del Conocimiento (gnoseología):
No satisfecho con la manera como Locke utilizaba el
término “idea” para referirse a todo aquello que conocemos, la reservó para
designar solo ciertos contenidos de nuestro conocimiento. Así distingue entre:
- Impresiones: aquellas que son resultado de la
experiencia y provienen de los sentidos. Son el fundamento de todo
conocimiento. Pero nuestras impresiones tienen una existencia discontinua en
nuestra mente. >Son sensaciones, sentimientos y emociones. Pueden ser
simples o complejas. Äs segundas no son más que la reunión de todo un conjunto
o haz de impresiones simples.
- Ideas: las representaciones o copias de las
impresiones es el pensamiento. Son más débiles y menos vivas que las
impresiones. Pueden ser de dos tipos: simples o complejas. Ademas todas las
ideas han de proceder de una manera u otra de las impresiones. Las i.simplies
son la huella que queda de una impresión; las i.complejas son resultados del
trabajo que la razón hace asociando ideas simples entre sí o con otras ideas
comlejas.
Sea
como fuere, todo nuestro conocimiento procede de la experiencia.
Conocimientos de hechos y relaciones entre ideas:
Ademas
de la distinción entre impresiones e ideas –distinción relativa a los elementos
del conocimiento-, Hume introduce una importante distinción relativa a los modos
o tipos de conocimiento. De acuerdo a esta distinción nuestro conocimiento
es de dos tipos:
- Conocimiento de relaciones existente entre ideas
(Ciencias formales): no se refiere a hechos, sino que se refiere a la relación
existente entre las diferentes ideas en juego. Aún cuando estas ideas procedan
(como todas) de la experiencia, la relación de las mismas es independiente de
los hechos. Las relaciones entre ideas se formulan en proposiciones analíticas
y necesarias.
Ej: “El todo es mayor que las partes”.
- Conocimiento factual de hechos (Ciencias Formales) :
no puede tener en último término otra justificación más que la de la
experiencia, es decir, las impresiones.
Ej: Cuando un huevo se pone en agua hirviendo se cuece.
La combinación de ideas simples da lugar a las ideas
complejas. Nuestra imaginación, mediante las leyes de la asociación (semejanza,
contigüidad y causalidad) logra dicha formación. Cuando se han observado varias
ideas o grupos de ideas se suceden entre sí, se desarrolla en nosotros el
habito o la costumbre de vincularlas, de modo que desde ese momento tendemos a
creer que existe realmente una vinculación entre ambas. Sucede que nuestra
imaginación tiende a ir más allá de la experiencia y establece una relación
pretendidamente real entre dichas ideas así como entre los acontecimientos a
los que se refieren.
Ahora bien, ¿tenemos
alguna impresión de la conexión entre los fenómenos? Si la respuesta es
negativa, entonces no tenemos competencia alguna para establecer como veraz
ninguna conexión, ya que esta no aparece como un hecho sino como un supuesto.
Criterio de Verdad:
Sentadas
de este modo las bases del empirismo, Hume introduce un criterio tajante para
decidir acerca de la verdad de las ideas: se habrá de comprobar si la idea en
cuestión procede de alguna impresión. Si podemos señalar la impresión
correspondiente, estaremos ante una idea verdadera; en caso contrario nos
encontraremos ante una ficción. De modo que el límite de nuestro
conocimiento son las impresiones,
más allá de ellas, o faltando ellas, nada podrá decirse ni conocerse como
verdadero. Se modifica así el concepto de verdad; ahora se hablará de verdad
únicamente en términos probabilísticos: lo probablemente verdadero.
3. Crítica a la Metafísica:
Crítica al principio de causalidad: Como no tenemos ninguna impresión del
hecho causal en consecuencia el principio de causalidad carece de fundamento y
es mero fruto de la imaginación. De modo que toda deducción mediante la
aplicación del principio de causalidad entre dos hechos en verdad aislados y
solo aparentemente vinculados, consiste en una inferecia ilegítima fruto de un
hábito o una creencia que se basa en una asociación por contigüidad espacio
temporal.
Fenomenismo y escepticismo: Los principios empiristas de la filosofía de Hume le llevan en último término al fenomenismo y al escepticismo. En efecto: de una parte, las impresiones aisladas son datos primitivos a los cuales no cabe buscar ya justificación alguna, son los elementos últimos que constituyen el punto de partida absoluto; de otra parte las percepciones aparecen asociadas entre sí, sin que sea posible descubrir conexiones reales entre ellas, sino solamente su sucesión y contigüidad. De modo que no es posible pues, encontrar un fundamento real de la conexión de las percepciones, un principio de unidad de las mismas que sea distinto de ellas: ni conocemos un a realidad exterior distinta de las percepciones, ni conocemos tampoco una sustancia pensante o yo como sujeto de las mismas. Sólo conocemos las percepciones, la realidad queda reducida a éstas, a meros fenómenos, en el sentido etimológico de este término (=lo que aparece o se muestra).
Este fenomenismo lleva emparejado una actitud
escéptica:
“ ... en resumen, hay dos
principios que no soy capaz de hacer consistentes y tampoco me es posible
renunciar a ninguno de ellos: que todas nuestras percepciones son existencias
distintas y que la mente no percibe nunca conexión real alguna entre
existencias distintas. Si nuestras percepciones tuvieran como sujeto algo
simple e individual , o bien, si la mente percibiera alguna conexión real entre
ellas, desaparecería la dificultad del caso. Por mi parte he de solicitar que
se me permita ser escéptico y he de confesar que esta dificultad excede mi
capacidad de entendimiento.” (Tratado, Apéndice).
Si bien como decíamos nada que no esté fundamentado en
las impresiones fruto de nuestra percepción puede ser materia de conocimiento,
¿hay algo más allá de nuestras percepciones que pueda conocer? La respuesta no
es una negación tajante sino un “no sabemos si hay algo más allá, ni podemos
llegar a saberlo”.
Crítica a la Sustancia: De todo esto se puede decir que Hume niega la
posibilidad de conocer la sustancia de las cosas, esa esencia que el
racionalismo sostenía que mediante el uso de la razón era posible llegar a
aprehender. Al venirse abajo la posibilidad de aprehender la sustancia con ella
se viene abajo igualmente la posibilidad de conocimiento de Dios (sustancia
primera) y mundo externo y yo
(sustancias segundas).
- Es imposible demostrar la existencia de Dios: Dios
considerado como una sustancia, realidad en sí, no puede ser objeto de nuestras
impresiones ya que estas se originan en el encuentro con objetos por sus
cualidades. Por otra parte si recurrimos a los argumentos ontológicos
fundamentados en la naturaleza cartesianos y de raíz tomista nos encontraremos con
su invalidez por estar construidos mediante la apliacación del principio de
causalidad.
- Del mismo modo, por la imposibilidad de conocer a la
sustancia tampoco podemos conocer verdaderamente el mundo externo. Lo que
conocemos de las cosas no es mas que ciertas cualidades. Luego ilegítimamente
las vinculamos entre sí y a dicha vinculación le atribuimos el valor de objeto.
- ¿Tenemos alguna impresión o alguna idea de nuestra
identidad personal? No. Las intuiciones de Descartes o del tambiénm empirista Hume,
no son impresiones, sino que aquello que en todo caso llegamos a creer que es
el yo no es otra cosa que un conjunto de impresiones e ideas en perpetuo flujo
y movimiento que imaginamos unidas entre para afirmar esa ficción que es el Yo.
La memoria, como forma fácil de recorrer nideas diversas, acaba determinando a
la imaginación para que configure una red de dependencias e interconexiones del
pasado. A esto es a lo que terminamos por llamar Yo: a una ficción de la
imaginación que opera en la memoria.
4. Ética:
Sentimentalismo:
Son
los sentimientos que una acción concreta despierta en nosotros en lo que nos
basamos para determinar el carácter moral de dicha acción. Así pues los hechos
imprimen en nosotros una impresiones morales de simpatía o antipatía que nos
disponen a favor o en contra de esa acción. Nuestro juicio moral y el deber
queda por tanto determinado en función de la impresión subjetiva que se genera
en el sujeto. Queda en este sentido rechazada cualquier fundamento moral
objetivo siendo entonces imposible plantear una ética (y sus normas)
universalmente legisladora, ya que cada juicio moral arranca de la subjetividad
de las impresiones dadas por la experiencia.
Rompe
Hume con la tradición filosófica moral iniciada por el intelectualismo moral
platónico. No hay un bien, como tampoco verdad, objetiva y metafísica que nos
permita habiéndola conocido construir una ética definitiva y común. Rompe
lógicamente también con el iusnaturalismo cristiano de Aquino (Ley natural
vinculada a una ley eterna, y una ley positiva plegada a la ley natural)
El
bien y el mal son el resultado de la simpatía o antipatía que surge en el
sujeto ante una determinada experiencia. Cuanto mayor sean sus experiencias mas
amplia y precisa podrá ser su capacidad de legislación ética pero nunca podrá
librarse de la subjetividad de su génesis.
Utilitarismo:
En
verdad la filosofía moral de David Hume no puede considerarse propiamente un
utilitarismo (o hedonismo social), pero sí sienta las bases de esta corriente
ética que adquiere su momento álgido en torno al año , en las figura de John
Stuart Mill y Jeremy Bentham.
Según estos autores el valor moral de una acción está
determinado por el grado de utilidad que reporta a la comunidad. Coincide en
Hume con la ausencia de un fundamento objetivo y absoluto con el que determinar
la norma moral así como todo juicio moral.
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