Filosofía 4º - Edad Contemporánea - Política y ética


Imagen relacionada



POLÍTICA

Socialismo.
Las ideas fundamentales del socialismo sostienen que la sociedad debería estar organizada de tal manera que las verdaderas necesidades de los ciudadanos fueran reconocidas y satisfechas. Además en el socialismo se afirma que cada ciudadano ineludiblemente debe asumir su responsabilidad social y aportar según sus facultades o capacidades un servicio a la sociedad con el fin del bienestar colectivo.
-          Socialismo utópico: Owen, Fourier, Proudhon.
Como dignos herederos de los planteamientos políticos ilustrados de Rousseau, en sus programas políticos se busca la igualdad social entre todos los ciudadanos. Las desigualdades son la fuente de conflictos. Es necesario que el Estado garantice los derechos sociales fundamentales (sanidad, educación, propiedad, seguridad, …) de todos. La Comuna de París.
-          Comunismo. Marx, Engels, Rosa Luxemburgo.
La lucha de clases debería transformar la sociedad
La revolución debía pasar por tres fases: Revuelta, dictadura del proletariado y comunismo.
-          Anarquismo: Bakunin y Kropotkin.
En su modelo se rechazan cualquier forma de institución política, así como el concepto del sufragio universal por delegación del voto. Se separaron de los comunistas porque no compartían la idea de la dictadura del proletariado como fase necesaria de la revolución de los trabajadores.  La sociedad debía estar constituida por asociaciones cooperativas de ciudadanos en las que todos debían participar políticamente en la toma de decisiones.

Fascismo.
Surgen a principios del siglo XX (nacionalsocialismo, nacionalcatolicismo, fascismo italiano), con ánimo de oponerse a la deriva que la sociedad industrial estaba marcando. Al igual que los movimientos socialistas consideran los fascistas que el liberalismo capitalista perjudica la convivencia. Sin embargo, a diferencia de los movimientos socialistas que se caracterizaban por ser transformadores (revolucionarios), el fascismo suele apostar por la conservación o incluso un retorno y, si acaso, una reformulación de las maneras tradicionales de organización política.
Apuestan por un intervencionismo del Estado que asegure unos mínimos sociales. Ahora bien, el criterio de ciudadanía queda restringido a la nacionalidad. En este sentido hay un reconocimiento de derechos pero sólo en aquellos que pertenezcan a la nación. A su vez, el criterio de la nacionalidad puede fundamentarse bien por nacimiento (pertenencia la tradición cultural) o por motivos raciales (motivos de sangre). Son movimientos nacionalistas que incluso fundamentan.
Son conservadores respecto a la moral. En el caso del fascismo español y del italiano, ambos defienden los valores tradicionales cristianos. Las dos corrientes se autodenominaban herederas de la tradición católica-romana. Entienden que el capitalismo ha ido destruyendo cierta esencia virtuosa que debe ser recuperada mediante la intervención política.
Entre los pensadores que defendieron esta corriente en Europa encontramos al español Ramiro Ledesma Ramos, a Carl Schmidt en Alemania y a Giovanni Gentile en Italia.

Liberalismo.
John Stuart Y Harriet Mill: para estos pensadores el bien común nunca está por encima de las libertades individuales. Afirman que los ciudadanos bajo ningún pretexto podemos perder nuestra libertad; de manera que el Estado debe ser según esta filosofía, débil y estar limitado para no inmiscuirse en la vida de los ciudadanos quitándoles sus derechos fundamentales. Para ellos la libertad es el camino que permite el máximo desarrollo de la individualidad.
Adam Smith: según este economista los seres humanos al comportarse libre y racionalmente, lejos de desarrollar un estado caótico tienen tendencia a ordenarse alcanzando una situación de equilibrio de la que todos salen beneficiados. Según él si observamos las relaciones humanas da la sensación de que hubiera una mano invisible dirigiendo las acciones individuales.

Democracia y globalización.
Presupuestos de la democracia: los sistemas democráticos se organizan a partir de una serie de presupuestos o afirmaciones que se piensan sobre los ciudadanos y la relación de éstos con el Estado.
-          Soberanía popular: todos los ciudadanos son poseedores de poder político y pueden participar en el gobierno de la nación.
-          El principio de la mayoría y el respeto a las minorías. Las decisiones e toman según la voluntad mayoritaria pero siempre escuchando y atendiendo a las necesidades y a la voluntad de las minorías.
-          Autonomía e igualdad: todos los ciudadanos son iguales en derechos y se entiende que nadie mejor que ellos para velar por sus propios intereses. Se les presupone a todos la madurez racional que les confiere autonomía a la hora de autogestionarse.
-          La ley. Ningún ciudadano (ni entidad) está al margen de la ley propuesta y ejercida legal y legítimamente en el uso de la soberanía de la ley.
La globalización: es el proceso de desarrollo de un entramado de relaciones planetarias, en el que quedan integrados a nivel mundial, diferentes aspectos sociopolíticos; como por ejemplo: económicos, demográficos, culturales, tecnológicos, laborales, etc … Este fenómeno mundial presenta toda una serie de problemas que se han convertido en urgentes desafíos ante los cuales las democracias deben actuar, a saber:
-          Problemas demográficos.
-          Problemas medioambietales.
-          Problemas geopolíticos.
-          Problemas económicos.


ÉTICA Y MORAL

Habermas y la ética del discurso.
Para Jürgen Habermas y Otto Apel, la norma moral que rija en una sociedad tiene que formularse a través de un diálogo participativo. Este proceso, para que sea justo debe cumplir con una serie de principios:
-          Búsqueda de consenso.
-          Uso correcto del lenguaje (Cohesionado y coherente).
-          Reconocimiento mutuo entre los participantes.
-          Los interlocutores se tienen que ver afectados por la norma.
-          Ausencia de coacción.
-          Búsqueda del interés general.
-          Autonomía personal.

Rawls y el velo de la ignorancia.
Según este autor, en la toma de decisiones, la única garantía para que la decisión sea justa es que quién la tome lo haga como si se encontrara bajo un velo que lo condenara a la ignorancia sobre ciertos aspectos en torno a todos aquellos que se vean afectados por la decisión tomada. Ese velo nos hace ignorantes acerca del género, la religión, la sexualidad, la clase,… , de los demás. Solo de esta manera se puede garantizar que la acción sea racional sin contaminación emocional o por prejuicios de otra clase. Esta corriente entendería que la opción moral correcta es la pura acción racional.

Comentarios